jueves, 23 de marzo de 2017

Las estelas de sus nombres

Por un lado, hoy ha sido un día un poco triste: hemos vivido las últimas horas en la capital griega y hemos contemplado la Acrópolis por última vez; hemos paseado y comprado los últimos regalos por la calle Ermou, y nos hemos comido el último helado en Monastiraki. Pero a la vez, ha sido un día muy feliz: hemos vuelto a España cargados de preciosos recuerdos, hemos convivido con nuestros amigos y hemos vuelto convertidos en una piña mucho más fuerte que la que salió de Barajas. Lo que hemos aprendido en estos cuatro días, no se enseña en el cole. Se vive.

Una cosa buenísima de hoy es que no hemos tenido que madrugar tanto. Hemos bajado a desayunar a las 9 y sobre las 10, hacíamos el check-out y guardábamos las maletas en consigna. Teníamos unas 3 horas para dar el último paseo y hacer las últimas compras por la cuidad. Nos hemos dirigido al barrio de Plaka con un soleado paseo desde Omonia, que está a escasos metros de nuestro hotel. Con la visita a esta plaza, hemos cerrado el triángulo de oro ateniense, conformado por los tres vértices: Sintagma, Monastiraki y Omonia. Después de tomarnos un par de fotos, hemos bajado por la calle peatonal Eolou, llena de tiendas y pequeños comercios locales. Hemos pasado frente al Banco Nacional Griego y por el Mercado Central; hasta cortar con la calle Ermou, nuestro lugar de compras favorito. Hemos paseado por algunas callejuelas encantadoras, hemos tomado un millón de fotos, hemos comprado los últimos imanes, sudaderas, jabones de aceite de oliva, camisetas y demás regalitos para nuestros hermanos, padres y abuelos. Otra cosa no, pero generosos somos un rato. Y encima, hemos vuelto con buena parte del presupuesto porque Atenas no es una ciudad demasiado cara en lo que a compras se refiere. Antes de abandonar Monastiraki, nos hemos tomado un helado riquísimo en una terracita muy animada.

Para volver, hemos cambiado la ruta y desde Plaka hemos caminado hasta Keramikós, hemos visto un mercadillo local y, ayudados por Google Maps, hemos callejeado hasta el hotel. Mucho ajetreo de coches y personas, mucho comercio pequeño lleno de especias y mucho producto local; cosas que le han dado al paseo un olor especial e inolvidable: los ajos, el pimentón, el queso, la aceitunas, el aceite… una maravilla.

En torno a las 13:00, hemos regresado al hotel y Mary nos estaba esperando con Christos en el autobús. Hemos recogido nuestras maletas, hemos recuperado algunos objetos perdidos que se nos habían olvidado en las habitaciones y hemos puesto rumbo al aeropuerto. Nos hemos despedido de Mary asegurándole que volveremos pronto, y deseando poder verla otra vez. El avión ha sido muy puntual y aunque Iberia no nos ha servido merienda, no nos han importado porque nos hemos puesto hasta arriba en el McDonald’s de la terminal. En el avión nos hemos reído un montón y además nos hemos hecho amigos de un instituto extremeño que también estaba de viaje de estudios. Un poquito antes de aterrizar, hemos visto la nieve que cubría parte de la sierra de Madrid… ¡y nosotros que estábamos a 25ºC esta mañana en Atenas! A la salida, Noelia, Hugo y Pablo nos esperaban con unos carteles preciosos para darnos la bienvenida, y los papis con unos aplausos estupendos y un detalle precioso para las profes ¡¡¡VIVAN LAS FAMILIAS DE NUESTRO COLE!!!  

Ahora que llegamos al final, volvamos al principio; al título de la entrada de hoy. Los clásicos son seres perennes, eternos, inolvidables: huéspedes de la cultura que atraviesan nuestras vidas con la estela de sus nombres. A pesar de los milenios, recordamos quiénes fueron, conocemos las guerras en las que lucharon, las ciudades que fundaron, los pueblos que destruyeron, las esculturas que tallaron y los asesinatos que cometieron por amor o por venganza. Recordamos el trágico desenlace de Edipo, conocemos el inevitable final de Aquiles –el mejor de los guerreros griegos-, sabemos del triste destino de Troya tras su asedio, pensamos en la maldición de Casandra y en la locura de Medea, disfrutamos con las aventuras de Odiseo en su viaje de vuelta a casa tras la guerra, pensamos en Penélope –que lo esperó durante veinte años- tejiendo de día y destejiendo de noche y llamamos a nuestros hijos Helena, Héctor o Alejandro. Sin duda, y aunque no lo pensemos muy a menudo, nuestras vidas y nuestro mundo son como son porque Homero escribió la Ilíada, porque Atenas inventó la democracia, porque Esparta repelió a los persas en las Termópilas y porque Filípedes corrió 42 kilómetros desde Maratón para pronunciar dos palabras ("¡Alegraos, vencimos!") y a continuación, morir. Después de estos días, no sólo hemos aprendido estas lecciones de historia sino que nos hemos percatado de una realidad mucho más cercana: la de los otros nombres cuyas estelas también nos atraviesan. María, Carla, Laura M., Alex, Laura F., Victoria, Lucía, Guille, Dafne, Cristyn, Lorena, Yuneisi, Christian, Caste, Alba y Teresa. Que este viaje nos enseñe que lo más valioso que tenemos son los otros.

Cerramos con un ENHORABUENA a las familias de nuestro colegio; a los padres, madres, hermanos, abuelos… que habéis criado y educado a unos hijos tan maravillosos. El mundo es mejor gracias a vosotros y el futuro arroja luz gracias a vuestros hijos. Puede que seamos un colegio pequeñito, pero formamos una GRAN FAMILIA. La mejor de todas.

No querría despedirme sin nuestra sección especial… INCREÍBLE, ¡PERO CIERTO!

1) No importa cuántas veces se inspeccione una habitación y cuántas veces se revisen las maletas: siempre se nos pueden olvidar una cámara de fotos en un cajón o un abrigo detrás de una cortina… ¡Menos mal que lo hemos recuperado todo!

2) ¡Increíble que unos niños pequeños de otra habitación molesten llamando a las puertas de toda la planta y, más cierto aún, que la culpa nos haya caído a nosotros!

3Parece increíble que mañana viernes tengamos que ir al colegio, pero tristemente… ¡¡¡ES TOTALMENTE CIERTO!!!


4 comentarios:

  1. Se me caen las lagrimillas... no tengo palabras (porque las tienes tu todas !! Jo, que bien escribes 😊 ) Ha sido un viaje precioso que también hemos vivido los que estábamos aquí. Mil gracias de nuevo. Sois maravillosas. 😚😚😚

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    1. Ha sido un viaje súper emotivo... ¡yo también me emociono escribiendo y recordando! Me encanta la idea de saber que a través del blog, vosotros también "habéis estado" en Atenas y nos habéis acompañado durante estos días. ¡Gracias de corazón!

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  2. Ya lo ha dicho TODO Teresa, pero yo personalmente también os quiero dar las gracias, tanto a los alumnos como a las familias, por ser personas maravillosas y por vuestra confianza en nosotras y en el colegio.
    Ha sido un placer formar parte de esta experiencia. Una vez más: gracias :)

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  3. Gracias por todo ,Teresa ,Alba sois increíbles!!!.Con este viaje todos hemos disfrutado y aprendido muchas cosas.Gracias de corazón.
    Un abrazo

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